header-photo

Lago Baggilt, el paraíso perdido | Tripin Argentina

"Sin duda uno de los mejores recuerdos que guardo de mis viajes al sur fue la excursión que hicimos en enero de 2009 a Lago Baggilt, provincia de Chubut. Estábamos parando en unas cabañas muy lindas a 200 metros de la estación del Viejo Expreso Patagónico en Esquel" Conocé uno los paraisos ocultos de la Patagonia por Alfredo Giancola y ChubuPatagonia.gov.ar.
"En el silencio de la mañana y mientras mateábamos con Noe, mi hermana, sólo se escuchaba La Trochita llamando a sus primeros pasajeros y la 4x4 que venía por nosotros.

Víctor Yañes, guía de montaña, hoy día un gran amigo, bajó de su camioneta para presentarse, saludarnos y recordarnos las cosas que debíamos llevar al Baggilt para pasar un día inolvidable.
Camino a Trevelin, charlando de todo un poco con los demás turistas y mates de por medio, se me ocurrió preguntar qué es lo que define la coloración de un lago, resaltando mi predilección por la coloración de Lago Puelo.

Ya subiendo hacia el Baggilt, fue Víctor que me advirtió “… vos que trajiste esa linda cámara, te vas a llevar algo que pocos volverán a ver de este lugar… no voy a decirte que es, esperá a que lleguemos…quiero ver tu cara”.

Luego de unos 50 minutos de travesía 4x4 y llegar a los 1.300 metros de altitud, la camioneta detuvo su marcha y emprendimos una pequeña caminata mochila en mano, atravesando un bosque de lengas y una tupida selva de caña colihue que ni la luz del sol deja pasar.

“Falta poco…ya llegamos…” dijo Víctor, “… Ah, Alfredo prepará tu cámara…”. Al salir de ese enjambre oscuro de caña colihue llegamos a una playa blanca con el agua más turquesa que vi en mi vida. Ese momento fue único, no salían palabras, solo nos mirábamos entre nosotros y nos reíamos sin saber de qué. Recuerdo que uno de los otros turistas dijo: “Llegamos al paraíso, ¿estaremos muertos?”
El lugar remitía a una playa caribeña, pero encerrada entre montañas y con un glaciar colgante al frente. Una pequeña isla se divisaba en el centro izquierdo del lago, todo era magia absoluta, creación divina en su máxima expresión, contemplada sólo por cuatro personas.

En los últimos minutos de disfrute de ese paraíso, Víctor el guía, me contó que normalmente el lago es color verde esmeralda, pero por efecto de la ceniza volcánica del Chaitén caída en el 2008, por unos meses la coloración del agua se mantendría en un turquesa intenso."

La naturaleza a veces te regala recuerdos únicos, el tema es estar en el momento justo… y Chubut es así” concluyó Víctor. Pura verdad.

Fuente y mas infochubutpatagonia.gob.ar
Animate a “viajar en mouse”
www.tripin.travel

0 comentarios:

Publicar un comentario