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Carnaval en Jujuy, El entierro del carnaval | Tripin Argentina

La Provincia de Jujuy ofrece, para quienes buscan un retorno temporario hacia una existencia más cercana a la naturaleza y tradiciones ancestrales: altura y clima diversos y expresiones espirituales que se manifiestan en diferentes regiones de netos contrastes, haciendo del carnaval una fiesta donde se expresan los diferentes ritos de la diversidad cultural de nuestro pueblo.

Jujuy no sólo atrae al turista por sus bellezas naturales. Un nutrido calendario turístico ofrece variadas celebraciones y muchas de ellas se han transformado en verdadera seducción para los visitantes. Algunas datan de épocas más o menos recientes; otras- empapadas en tradiciones y ritos- remontan sus orígenes varios siglos atrás.

Durante febrero, la provincia de Jujuy invita a turistas y residentes a celebrar su fiesta máxima “el carnaval”. Las características que asume esta manifestación en la provincia son una muestra evidente del carácter popular de la fiesta. En esos días la Quebrada de Humahuaca y los pueblos pequeños estallan de color y bullicio.

Todo comienza cuando se cumple la ceremonia de desenterrar a Pujllay, el demonio carnavalero de la tumba que lo alberga desde el año anterior. Entonces los diablos, rutilantes en sus trajes de lentejuelas, espejos y plumas, empiezan a bailar con entusiasmo al compás de bombos y charangos recorriendo los poblados, contagiando la alegría de la fiesta recién iniciada. Después del desentierro, las comparsas llegan al pueblo bailando con sus respectivos cantos y músicas, aceptan invitaciones de bebidas en las casas. Al final, todas coinciden en un punto de encuentro para bailar, cantar y desfilar.

Volcán, Tumbaya, Maimará, Tilcara, Uquía, Humahuaca y todos los pueblos de la Quebrada ven entrar al carnaval por sus callecitas, mientras el ritmo del alegre carnavalito serpentea en coloridas rondas. Durante las noches, el jolgorio se atrinchera en los fortines para alojar el baile y los juegos con talco, papel picado y serpentina. Los Fortines, tiene sus particularidades, los realizan familias tradicionales del lugar, cada día una distinta, en un lugar cerrado, con bebida, cordero asado, picantes, papas andina, queso de cabra, humitas, tamales, locro, empanadas y llajua.

La fiesta comienza al mediodía con el almuerzo; al ingreso del fortín se recibe al invitado con la tradicional “vacuna” -un cóctel dulce de bebidas alcohólicas-, para eliminar la envidia, los celos, la tristeza y todo lo malo; luego se procede a la lectura del reglamento fortinero, donde se exige al convidado a olvidarse de las penas y comprometerse con la diversión.

Concluido el almuerzo empiezan los festejos, siempre bajo el mando del bastonero de turno, quien tiene la misión de llevar adelante la alegría del fortín, imponiendo los pasos a bailar, obligando a los presente a divertirse y castigando con el “fusilamiento” a quien desobedece sus ordenes – el fusilamiento consiste en sancionar al infractor con un vaso de vino, chicha o cingani, haciéndolo sentar en el medio o en el lugar más visible, donde debe cumplir con la sanción.

Los festejos de la Puna se visten también de diferentes rituales y costumbres con idéntico significado. Erques, cajas y ranchos que abandonan su mutismo de piedra para llenarse de ruido, simbolizan el carnaval del Altiplano.

En La Quiaca, el carnaval es una de las manifestaciones folclóricas más importante, verdadera síntesis de originalidad, colorido y alegría popular. Las comparsas, que recorren las calles, son muchas, con diferentes nombres y atuendo típicos.

Allí la fiesta conserva pura su esencia y se muestra tal cual es: una repentina expresión del alma popular, que durante esos días olvida su gris existencia cotidiana y se entrega al diablo bailando y bebiendo con alegría desenfrenada, para perderse después en la soledad de la Puna.

LOS CARNAVALES EN JUJUY: LAS YUNGAS

Jujuy ofrece diferentes alternativas durante el mes de febrero, época de carnavales. La irregular geografía jujeña, alberga valles, quebrada, puna y selvas o yungas. Cada una de estas regiones tienen la particularidad de ofrecer un paisaje contrastante, desde la meseta de la puna de salares y churquis, que remata en la quebrada de caseríos silenciosos y cerros multicolores, se abren los ondulados valles para culminar en la explosión del verde en la majestuosa selva de las yungas.

La provincia alberga diferentes culturas originarias, la andina con sus 10.000 años de historia y también la cultura de guaraníes, matacos, wichis y tobas, que continúan alimentando y conservando sus principales rasgos en el frondoso monte del sur jujeño.

El carnaval en Jujuy es un crisol de costumbres típicas, que cada año renace en febrero, para celebrar un nuevo ciclo de la naturaleza.
El festejo tradicional que nos define, es el carnaval de la Quebrada; sin embargo en el Sur-Este provincial también se vive una fiesta colorida, marcada por rasgos culturales diferentes propios de quienes habitan esta generosa tierra desde hace milenios. Nos referimos a los guaraníes quienes celebran esta fecha con la misma intensidad que los norteños.

Fuente: Marcelo Eduardo Córdoba

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